Pati
Moon dance 2 por Jose Manchado en Flickr
Me hipnotizó tu mirada, negra, sensual, viva,
tu cuerpo rebosante de curvas infinitas,
senos tibios y sabrosos
y una suave cintura que deseaba aprisionar.
Tu piel dorada y cobriza,
mezcla india, mezcla gitana.
Nuestros ojos fijos en nuestros ojos ardientes,
nuestros labios hambrientos de nuestros labios rientes.
Y aquella noche de fiesta
me invitaste a un lugar para mí desconocido
mientras bailábamos salsa,
mi mano en tu cadera hueca.
Navegamos por los túneles de la ciudad
donde nos devoramos las bocas con fruición.
Y contigo entré en el gueto
donde bebí al calor sincero de la amistad
de fuego y sangre latina
entre pecado y pasión.
Me besaste con lujuria,
de ti me llené las manos,
y me sorprendiste con aquel cuerpo de diosa
trabajado con sudor,
en el que vil me recreé de manera imperiosa
porque loco estaba ante semejante regalo.
Y en los peldaños de mármol del segundo piso,
bajo la luz de un nuevo amanecer mortecino
te adiviné algo nerviosa
La puerta hasta entonces siempre cerrada abrí
Ardiente como el alcohol
que bañaba nuestras bocas.
Después recuerdo risas en unos cambiadores
donde desnuda probabas preciosos vestidos
cual princesa encantadora
mientras yo contenía mis ganas tal vez innobles.
Luego hablamos de nosotros,
tras lo cual nos despedimos.
A lo lejos tu largo y liso cabello negro
caía sobre tu espalda cimbreante de mujer
Y, de verdad, te deseé
Más allá de lo que aquella noche pude ver,
Pero no, no podía ser,
¿Sabes? No, no podía ser…
A Pati