Televisión
Juan G. y Marga M. habitan en una ciudad cualquiera de nuestro continente occidental. Juan G. y Marga M. ya no hablan. La rutina del trabajo de cada uno, las preocupaciones de su existencia diaria. Su propia vacuidad cubierta por esos inmensos espacios de televisión. Telediario en el bar a la hora de comer, prensa del corazón en su casa a la hora de la cena. Noticias y programas donde nos ordenan cómo y qué pensar, el niño en la Play.
Juan G. y Marga M. han olvidado que existe algo más, que todavía pueden vivir sin rellenar ese vacío con la programación que alguien ha comprado. Han olvidado que todavía pueden explorar cada nuevo segundo, respirando el aire que sale de sus bocas. Hablando, escribiendo, corriendo, follando, matando esa televisión que opina por ellos.
No es que se rompa su unión, es que se rompen ellos ¿Ellos? Juan G. y Marga M. sois tú y ella, tú y él, y tú también, y nosotros.
Quitaos el velo de vuestro rostro.
Por la noche tenemos Luna.
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